La vida en obras


LA VIDA EN OBRAS


Durante uno de mis escasos viajes en soledad, asistiendo a un momento para mí único y probablemente -no, seguro- irrepetible, sin una cámara a mano, mi sonrisa de idiota desapareció. Enturbiado mi entusiasmo inicial por una desconocida sensación de vacío, ya sólo podía pensar en la desesperación de no haber compartido aquel momento, ni siquiera en diferido y enlatado, con aquellos que me ayudaron a llegar hasta allí y que en ese momento se encontraban a miles de kilómetros de mí. After but before quiere reparar en parte este eterno sentimiento de culpa del viajante, compartiendo documentos fotográficos, vídeos, ideas, textos, relatos...Cada uno conforma una pequeña viga, un ladrillo, un gramo de argamasa de un edificio a medio construir que difícilmente quede concluso.

Espero que lo disfrutéis


Zantonio

jueves, 30 de diciembre de 2010

Con las manos

Cualquiera diría que sólo son un gracioso apéndice con cinco gusanitos articulados. De un lado, abiertos como anémonas se extienden nuestros dedos con sus uñas que les dan aspecto de percebes rosados y con los nudillos, esas arruguitas prematuras que dan miedo cuando se disipan en el puño. Del otro lado, cicatrices premonitorias que cualquier día de estos aciertan y yemas chivatas que te echan de menos.
Con las manos nos nacen al mundo, las manos nos ponen en contacto íntimo y húmedo con él, las manos nos confirman desde bebé la existencia real de una imagen rara y voluble que nos devuelve el espejo, nos defienden o nos matan, nos aman o nos odian, nos ayudan o nos vetan, rompen o arreglan, acercan o alejan, insultan o animan, cargan o aligeran, disparan y curan, abren y cierran, compran o venden, crean música o molestan, tocan las palmas o chascan los dedos, acarician o rascan, hacen sufrir o disfrutar.

¿¡Qué sería del Mundo sin tus manos!?

Zantonio